martes, 10 de marzo de 2009

¿Què es eso que llamamos inteligencia?

Pienso que al igual que el Dr. Fernando Horacio Lapalma, la mayoría de los que hacemos docencia, en más de alguna ocasión nos hemos preguntado ¿porqué esos “malos” estudiantes que fuera del ámbito educacional son brillantes, creativos, inteligentes…?, el Dr. Howard Gardner, director del Proyecto Zero y profesor de psicología y ciencias de la educación en la Universidad Harvard con su teoría de las Inteligencias Múltiples, nos aclara esto, nos dice que por lo menos tenemos ocho inteligencias diferentes cuantificadas por parámetros cuyo cumplimiento les da tal definición, mayor información la encontramos en: www.lapalmaconsulting.com

En este contexto, es evidente que tanto el hogar como la escuela son los principales interlocutores en la formación de esas inteligencias, en esa gestación son determinantes dos tipos de experiencias:
Las experiencias cristalizantes (hitos en la historia personal, claves para el desarrollo del talento y de las habilidades de las personas) y vale la pena destacar aquí dos ejemplos maravillosos de este tipo de experiencias:
Se cuenta que cuando Albert Einstein tenía cuatro años su padre le mostró una brújula magnética. Ya en la adultez, el autor de la Teoría de la Relatividad, recordaba ese hecho como el motivador de su deseo imparable de desentrañar los misterios del universo.
Otro ejemplo: Yehudi Menuhin, uno de los grandes violinistas de la historia contemporánea. A los tres años fue llevado a un concierto de la Sinfónica de San Francisco. En esa oportunidad fue hechizado por el violinista que ejecutó el "solo". Pidió a sus padres que le regalaran un violín para su cumpleaños y que ese ejecutante fuese su profesor. Ambos deseos fueron satisfechos y el resto es historia. Él, histórico... y millonario.
Las experiencias paralizantes (aquellas que bloquean el desarrollo de una inteligencia).
Podemos poner como ejemplo a un mal maestro que descalificó un trabajo, humillando con su comentario frente al aula la incipiente creación artística de un alumno. O la violenta evaluación de un padre cuando gritó "deja de hacer ese ruido" en el momento en que la fantasía del niño lo hacía integrar una "banda" importante en concierto y golpeaba con dos palillos sobre la mesa.
Las experiencias de este tipo están llenas de emociones negativas, capaces de frenar el normal desarrollo de las inteligencias.
El presente cuadro refleja la manera tradicional de enseñanza tanto en el hogar como en la escuela, en los niños como en los adultos.
No podemos seguir evaluando a la persona multinteligente a través de una única inteligencia, necesitamos una revolución en la enseñanza.

Comentario:
Esta semana fui llamado por un grupo de estudiantes que querían hacerse escuchar por alguien. La preocupación es que el Docente de Psicología adolece de carácter ameno, agradable y amistoso para relacionarse con los estudiantes y esto está provocando el desanimo y deserción en varios de ellos. Fue interesante escuchar cada uno de los comentarios de los estudiantes, llegando a la conclusión de que se estaba generando experiencias paralizantes en lugar de experiencias cristalizantes. El problema se solucionó.

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